El olivo y el aceite de oliva están presentes en todas las manifestaciones culturales de los pueblos mediterráneos. En el arte antiguo el olivo frecuentemente se representa con carácter alegórico en piezas de cerámica, sarcófagos, mosaicos, monedas y pavimentos. Pero también hay imágenes bastante realistas referidas a la vida cotidiana, muchas de ellas de gran valor etnográfico por la fidelidad con que reflejan las tareas agrícolas y los trabajos propios de la elaboración, el transporte y el consumo del aceite.

El olivo aparece en la pintura a veces con valor simbólico; en otras ocasiones, sobre todo a partir del siglo XIX, se convierte en elemento pictórico por sí mismo. Entre los pintores que han tratado el tema figuran el Greco, Goya, Botticelli, Tiziano, Picasso, Renoir, Van Gogh, Matisse, Romero de Torres o Sorolla.

La literatura también está llena de referencias. Estas figuran en la Biblia, en el Corán y en muchos de los grandes autores de todos los tiempos, como Estrabón, Homero, Virgilio, Horacio